El hecho sin dudas, genera una sana envidia en la Argentina, donde parece impensado que se diera un suceso similar. Luis Lacalle Pou invitó a los presidentes de Uruguay que lo precedieron en el poder y se reunieron para fortalecer la democracia uruguaya. Así, Julio María Sanguinetti, José Mujica y Luis Alberto Lacalle Herrera (padre del actual jefe de Estado), se unieron este martes para reafirmar la defensa de la democracia al conmemorarse 50 años del comienzo de la dictadura cívico-militar que gobernó entre 1973 y 1985.
Fue un encuentro que además reafirmó una manera de ver y vivir la democracia que no siempre se replica en todo el mundo, tal vez menos en un país como la Argentina en donde la famosa grieta divide todo aquello que debería permanecer unido, o al menos, tirando en el mismo sentido.
Los cuatro políticos se reunieron en la Torre Ejecutiva y luego emitieron un mensaje durante una rueda de prensa. Lacalle Pou destacó la importancia de la democracia como un valor cotidiano y recordó a los ex presidentes Jorge Batlle y Tabaré Vázquez, ambos fallecidos.
Lacalle Pou abogó para que "la democracia sea perpetua", en tanto que Mujica afirmó que la democracia no es perfecta, pero advirtió que hasta ahora no se ha encontrado una mejor forma de gobierno.
Sanguinetti celebró el progreso social, económico, cultural y tecnológico de Uruguay como "un gran acto de confirmación democrática". Además, reafirmó la importancia de decir "Nunca más" a la violencia, los autoritarismos, las utopías revolucionarias, la intolerancia y la descalificación del adversario.
Lacalle Herrera destacó la necesidad de establecer un objetivo claro para el país, que consista en mantener y fortalecer el sistema democrático legitimado por el voto y el respeto a la ley. Hizo hincapié en la importancia de evitar la descalificación de otros por tener opiniones diferentes y resaltó que los momentos de progreso nacional han surgido a través de coincidencias y acuerdos.
Reconociendo toda esa forma, esa cultura democrática que genera la pulsión de querer tenerla implantada en la sociedad argentina, los expresidentes siempre se han mostrado generosos con aquellos que los invitaron a disertar sobre su forma de ver el mundo. Aspi es que Julio María Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle asistieron años atrás al llamado del licenciado Gustavo Ick para presentarse en la provincia argentina de Santiago del Estero, donde protagonizaron por separado unos conversatorios que concitaron la atención de miles de santiagueños reunidos en una amplia sala de conferencias en la capital local.
La oportunidad fue propicia para intercambiar posturas y experiencias en el ejercicio de la conducción de equipos y estructuras de trabajo puestas al servicio del progreso y el bien común. Como se sabe el Grupo Ick comparte los objetivos de fomentar la cultura del trabajo y el propender siempre hacia la eficacia y la excelencia de sus acciones.